16 de marzo de 2009

Maldito el que sabe


Elizabeth Newton, de la Universidad de Stanford, realizó su tesis doctoral usando el juego típico de adivinar canciones: uno tararea y el otro adivina. De 120 repeticiones con individuos y canciones aleatorias, apenas se adivinaron 3 (2,5% de los casos). Los “taradeadores”, por llamarlos de algún modo, habían anticipado una probabilidad de 50% de éxito, una proporción 20 veces mayor que la real. De ahí surge la expresión “la maldición de saber”. El que sabe mucho de algo cree, por lo general, que el otro lo va a comprender mucho más fácilmente de lo que en realidad ocurre.

Cuando usted tiene una idea o un mensaje que comunicar, debe reconocer que su dominio del tema puede ser la mayor dificultad para comunicarse. Piense en su audiencia. Aproveche a un lego en la materia para ver si se le entiende, antes de mandarse con todo. No importa si es ingeniero, agrónomo, economista, y mucho peor si es abogado (para los cuales hablar en complicado es casi una obligación moral): el riesgo de que se complique demasiado es grande. Aquí se aplica lo que los psicólogos recomiendan a los padres para hablar con sus hijos sobre el sexo: explique lo necesario y asegúrese de estar entendiendo bien lo que su hijo quiere saber. Si no, puede que a mitad de explicar el Kama Sutra for Dummies, caiga en cuenta de que la pregunta sobre “qué son las relaciones orales”, se refería de verdad a los cuentos que se transmiten de generación en generación.

1 comentario:

  1. Hola kike esta mejor esta presentación, tuve la oportunidad de ver y esta excelente claro hay q seguir mejorando. Un gusto amigo precioso.

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